Yo no creo que los pecadores van al infierno cuando se mueren. Creo que ya están ahí: viviendo y respirando una versión del infierno en sus vidas diarias. ¿Cómo se curan? Y ¿Cómo nos curamos todos?
¿Por qué existe el infierno?
Dicen que el camino al infierno está forrado con intenciones buenas. Creo que es cierto hasta un punto. Quero empezar por destacar el punto de que es más fácil que la gente se porten bien cuando tienen todos los recursos y el apoyo disponibles para salir adelante (la cual es una mayor diferencia entre los ricos y los pobres). Exploraremos ese tema más adelante.
Por lo general, la gente se comporta con su mejor capacidad, de buenas o de malas. Y esta realidad puede ser difícil de aceptar. Pero los esfuerzos son iguales para una persona humanitaria que se dedica a educar a niños en países pobres o una persona criminal. Los dos están dando su mejor esfuerzo a las actividades en que se dedican.
La diferencia se hace evidente en sus motivaciones:
El primero quiere beneficiar a la comunidad brindando oportunidades a quienes lo necesitan.
El segundo prioriza el beneficio personal sin importarle cómo sus acciones pueden perjudicar a otros, resultando en consecuencias negativas para la sociedad.
En este momento, a lo mejor te estás preguntando, ¿Cómo diablos justifican cometer tanto daño y caos en el mundo?
Aquí te explico—Las personas contentas no dañan a los demás; son algunos lastimados que terminan lastimando a otros. Creo que los que dañan a otros quedan atrapados en un ciclo negativo y están actuando inconscientemente. Quizás perdieron su poder durante su juventud, cuando eran vulnerables, y se sentían humillados. Entonces, para recuperar una sensación de control, elijen dañar a otros, perpetuando este ciclo sin entenderlo.
Y lo que no entienden es que se quieren sentir fuertes y es por eso que despojan a los demás. Esta estrategia no sirve para nada porque cuando le robas el poder a alguien más, reconoces que alguien te puede hacer lo mismo. Es un ciclo interminable.
En fin, se justifican al dañar a otros porque se quieren empoderar con poder robado y han perdido la razón. Y es por eso que existe el infierno en la Tierra y no en la muerte (como pensamos).
Otra perspectiva: es como tratando con un niño que está tirado en el pizo porque no le compras la paleta que desea. Tiene emociones descontroladas y parece un remolino. Si no se relaja, el coraje sigue creciendo y hasta le tira un sapato a la cabeza su padre. Las emociones son tan enormes que la cría ha perdido toda la razón.
¡Sana, sana, colita de rana!
Cuando alguien nos lastima, muchas veces resulta en un golpe a nuestra autoestima. Nos puede llevar a una espiral de dudas, pensando: "¿Por qué no pude prevenir eso?". ¿Soy realmente tan débil? ¡Debo ser inútil! A veces, las personas victimizadas buscan a otras personas para descargar su dolor y robarles el poder.
Siendo seres sociales, los humanos queremos sentir conexión y pertenencia. Y es difícil cuando alguien nos daña porque a veces nos retiramos del público por temor a esas pocas personas que realmente son malas. Entonces cargamos con secretos dolorosos, dejandonos aislados con nuestras vergüenzas.
La vergüenza puede retardar la curación de la víctima, manteniendo el ciclo de dolor. Pero no todas las víctimas continúan este ciclo; muchas continúan mejorando el mundo. Y debemos recordar que las víctimas y los que lastiman son ambas víctimas.
De todos modos, aún debemos ser responsables de la gente que nos rodea. Pero aquí está la parte difícil: ¿cómo ayudamos a la gente a manejar sus emociones y acciones en formas más responsables?
Cuando consideramos las prisiones, su propósito es apoyar un cambio positivo, y reintegrar a la gente a la sociedad. Pero ¿lo logran? Desafortunadamente, se quedan cortos sin elementos de autorreflexión, conexión auténtica, y terapia, que son cruciales para la rehabilitación. Estas faltas pueden perpetuar lo malo en lugar de comenzar un camino hacia el la sanación y el crecimiento.
Curando la herida:
No sé cómo arreglar el sistema entero y no pretendo saber todas las respuestas. Mi objetivo para esta publicación es ofrecer algo de sabiduría y explicar cosas que no tienen sentido (porque no las hemos explorado). Pero te ofresco algo de buenas noticias, una solución. ¡No podemos arreglar el mundo entero pero podemos "arreglarnos" o curarnos a nosotros mismos!
Cuando reflejamos, es importante reflejar qué está funcionando y qué no—en ambos nosotros y en el mundo entero. Las conversaciones con uno y otro nos abren a posibilidades inesperadas. De esa manera, servimos al mundo y empoderamos a nosotros mismos y a los que nos rodean.
Continúe leyendo para conocer algunas ideas interesantes sobre cómo seguir adelante.
Empoderete —el espejo de tu alma:
Ahora sigues tú. Utiliza la sabiduría de este artículo para empoderar tu vida con estos ejercicios.
Affirmaciones: Sugiero que utilizes afirmaciones porque es una práctica poderosa. Es básicamente repitiendo la misma frase hasta que tu mente la acepte como realidad auténtica. Aquí van algunos ejemplos:
¡Cuando elevo mi vibración, elevo la vibración del mundo!
¡Cuando me sano, sano al mundo entero!
¡Cuando entiendo lo que está quebrado dentro de mí, entiendo lo que está quebrado en el mundo entero!
Reflejos: Yo no soy humana perfecta. He vivido momentos cuando regreso a casa encabronada después de un día difícil para salir chocando con mi familia. Yo también he recibido ese tratamiento en muchas ocasiones. En un momento u otro, probablemente todos hemos usado nuestro dolor como arma contra ambos nuestros seres queridos y los extraños que se nos afrentan.
Sin embargo, podemos romper este ciclo comenzando a comprender nuestras propias emociones:
¿Qué estoy sintiendo?
¿Por qué me siento así?
¿Qué puedo hacer para elevar mi vibración emocional?
¿Qué necesito para sanar?
¿A quién puedo recudir para obtener ayuda?
Reflejos finales:
Todos debemos ser más responsables con nuestras emociones y aprender a manejarlas mejor. Nuestras emociones no son malas; pero lo que hacemos con ellas a veces crea problemas en el mundo. Anque las emociones son incómodas, son increiblemente importantes porque nos alertan a lo que necesita atención.
El odio y el amor son contagiosos y afectan cómo crecemos o caemos víctimas a la negatividad. Si eres atento a las emociones al momento en que surgen, es más fácil de controlar y puedes evitar una gran explosión de sentimientos.
Mi esperanza es que todos elijamos el cariño y la amabilidad contra uno y otro. Cuando tratamos a la gente con respeto, convertimos el mundo en un lugar más feliz y positivo.
Ejercicio para cerrar: ¡Las víctimas se comportan como heridos y los guerreros del amor han trascendido la herida! Si quieres ser guerrero del amor, te invito a trascender conmigo. ¿Qué cosas cariñosas puedes hacer en este momento?
Amor y Canela,
Mónica